En el año 2010 Rich Johnston compartió en Bleeding Cool un par de noticias que me dieron mala espina. Aparentemente, después de la salida de Paul Levitz como editor en jefe, DC había decidido actuar como una corporación ambiciosa y despiadada... más de lo que era como subsidiaria de Time Warner, una empresa inmensa que sólo se preocupa por las ganancias. Durante años, el editor en jefe Paul Levitz luchó en contra de la perturbadora posibilidad de convertir a los personajes de Alan Moore en algo que su creador nunca planeó o siquiera consideró...
Estamos en el 2012 y, como siempre, Rich tenía razón. DC ha anunciado oficialmente siete miniseries/precuelas de una de las más trascendentes e innovadoras novelas gráficas de todos los tiempos: Watchmen. He visto que muchos de los creadores involucrados en este proyecto justifican sus acciones al explicar que hasta Alan Moore se sirvió del legado de Len Wein en Swamp Thing o el de Siegel y Shuster en Superman. No obstante, ignoran algo muy importante. En el pasado, las editoriales eran dueñas de todo. No existían los títulos que eran propiedad de sus creadores, en ese entonces escritores y dibujantes podían crear universos enteros sin ganar un sólo dólar adicional por el esfuerzo. Siegel y Shuster tuvieron que demandar a DC, y luego de años de litigio DC aceptó con reluctancia que debía pagarles unos cuantos miles de dólares como compensación por los millones que habían ganado con Superman, tanto en publicaciones como en otros medios (televisión, películas, juegos, juguetes, etc.).
Hasta el día de hoy, Stan Lee no es propietario de los personajes que creó: Spider-Man, Fantastic Four, X-Men, Thor, Hulk, Iron-Man, Daredevil, etc. Como consecuencia, hay un largo historial de procesos legales entre Stan y Marvel Comics. En los 80, Alan Moore firmó un contrato con DC. Él escribiría la obra más innovadora del género super-heroico, y lógicamente quería ser el propietario de su creación. El trato con DC era simple: la miniserie de 12 números sería reeditada en un tomo recopilatorio y tan pronto como saliera de circulación los derechos revertirían a Alan Moore. Lo que nadie pudo prever fue que Watchmen se convertiría en el tomo recopilatorio más vendido durante años, incluso décadas. Jamás salió de circulación, todo lo contrario, con ventas que superaban las siete cifras, sería reeditado, remasterizado, convertido en tapadura o en una edición ''absoluta'' y mucho más.
25 años después, Alan Moore está básicamente en la misma situación en la que estuvieron Siegel, Shuster, Stan Lee o Kirby. No es propietario de aquello que ha creado. ¿Es eso justo? Por supuesto que no. En los foros de cómics he leído opiniones de lo más insensibles. Por ejemplo, pareciera que este es un caso de ''justicia poética''. ¿No usó Alan Moore personajes creados por escritores del siglo XIX para series como ''The League of Extraordinary Gentlemen'' o ''Lost Girls''? Bueno, no olvidemos que en el siglo XIX no había leyes de copyright. Por ejemplo, Poe escribía sus libros en Baltimore y, en la lejana Francia, Baudelaire los traducía al francés. Lo irónico es que mientras los libros se vendían muy bien en Francia, él jamás recibió un dólar o un franco por ello. De hecho a Poe nunca se le ocurrió, mientras mandaba cartas a Baudelaire, sugerir un pago por concepto de royalties. Poe murió en la miseria total, y quizá Siegel y Shuster hubiesen corrido una suerte similar si no fuese por el apoyo de la gente. Así que algo debe quedar claro: no había leyes de copyright o trademark en el siglo XIX, al menos no como las conocemos hoy. Los personajes de las novelas de esa época han sido recreados, reinterpretados y readaptados tantas veces y de tantas maneras distintas que son parte de nuestra cultura popular. ¿Cuántas versiones de Peter Pan conoces? ¿Cuántas veces has visto una película o serie de Drácula? ¿Cuando fue la última vez que se hizo una nueva versión de Sherlock Holmes? A los insensatos que acusan a Moore de ciertos ''pecados'', les recomendaría reflexionar con calma antes de lanzar estos alegatos.
Acabo de ver las portadas de las nuevas miniseries de ''Before Watchmen''. DC ha intentado, al menos, reunir a un talentoso equipo creativo. Las portadas son realmente espléndidas ¿y cómo no lo iban a ser con gente tan talentosa como Lee Bermejo, JG Jones o Jae Lee? Aunque Leah Moore (hija de Alan Moore y también guionista de cómics) lo dijo mejor que nadie: ''¿Por qué no hacen nuevas novelas gráficas originales con estos autores de ''Before Watchmen'', o mejor aún, con nuevos talentos? O en vez de eso usen el presupuesto para encontrar el próximo Watchmen''. En una era en la que DC apenas puede producir material interesante y original, hacen lo que siempre han hecho antes: reciclar conceptos del pasado en vez de avanzar hacia el futuro. Entiendo la emoción de los fans, pero esta no es la manera de hacer las cosas. Para mí es simplemente una cuestión de ética; y el hecho de que Alan Moore no aprueba este proyecto debería ser suficiente para ayudarnos a tomar la decisión correcta: no comprar estas secuelas.
Artículo relacionado:
- Arcadio Bolaños, un peruano abriéndose paso en la industria del cómic norteamericano.
Hola Guido, muchas gracias por incluir mi texto. Justo ahora acabo de escribir un nuevo post en donde añado algunos datos que pueden ser útiles.
ResponderEliminarSaludos.
Arion:
ResponderEliminarMe permito reproducir aquí las aclaraciones sobre el artículo de Before Watchmen que has puesto en tu blog (y por supuesto recomiendo a todos mis lectores que visiten tu blog habitualmente):
Quería hacer algunas aclaraciones sobre mi post de Before Watchmen. En algunas páginas he visto a algunos fans actuando como si fuesen más obtusos de lo que son realmente al decir cosas como "A Siegel y Shuster los estafaron en los años 30, 50 años después Moore tendría que haber sido más astuto".
Entonces ¿qué sucedió? Cuando Alan Moore firmó su contrato con DC en los 80, la industria del cómic no era lo que es hoy. De hecho, el mercado de las novelas gráficas no existía. Hoy en día, cualquier título que alcance los seis números es automáticamente recopilado en tomos de tapa dura y tapa blanda, pero en la época de Watchmen, estas recopilaciones eran extremadamente infrecuentes.
Cuando Moore accedió a los términos del contrato lo hizo pensando, justificadamente, que una edición recopilatoria de Watchmen no estaría mucho tiempo en circulación y los derechos de propiedad regresarían a sus manos. Nadie pudo prever que con Watchmen un nuevo mercado se había creado: el mercado de las novelas gráficas. Watchmen y The Dark Knight Returns fueron los primeros, pero luego obras como The Killing Joke o Arkham Asylum fueron tan exitosas que desde ese momento, la industria del cómic ya no dependía exclusivamente de los números sueltos, ahora una nueva fuente de ingresos estaba a su disposición: los tomos recopilatorios.
En la actualidad vemos dos categorías en los gráficos de ventas mensuales: números sueltos y tomos recopilatorios. Así que para aquellos que dicen que "Moore debió haber sido más astuto" mi respuesta es corta "¿se puede predecir el futuro?". Obviamente no, y Moore no tenía poderes adivinatorios para predecir el inmenso éxito de Watchmen. A causa de sus fuertes ventas, Watchmen seguiría en circulación desde 1986 hasta 2012, y dada la relevancia y calidad de esta miniserie de 12 ejemplares habrá nuevas reediciones en próximas décadas.
El 2010 DC intentó renegociar el contrato con Moore, básicamente le prometieron devolverle aquello que le pertenecía por derecho con algunas condiciones... él tenía que autorizar precuelas y secuelas. Adi Tantimedh lo dice claramente: "Básicamente ellos [DC] estaban diciendo, «¡Hola!, te devolveremos a tu hijo si permites que lo sigamos prostituyendo y violando, ¿qué te parece, caballero?»". Por supuesto, Alan Moore no comprometió la integridad artística de su "hijo" Watchmen y eventualmente DC hizo de todos modos lo que había planeado. ¿Lo peor de todo? Que probablemente miles de fans están deseosos de gastar su dinero en estas precuelas. Son ellos los que deberían ser más astutos.
Arcadio Bolaños.
Este tema es muy complicado, pero creo que se desvía de lo principal que es la crítica al comic mismo. ¿Algunos de ustedes creen que lo que salga como resultado de Before Watchmen le va a llegar siquiera a los talones a lo que hicieron Moore y Gibbons? por supuesto que no, nunca, así saquen ochenta miniseries, sin embargo igual van a salir, igual la gente lo va a comprar. Personalmente la serie de Rorschach y Minutemen me interesa verlas por que los artistas que se encargan de esas series están entre mis preferidos. Ahora si es algo justo o injusto que se trate de esa manera la obra de Moore y sus derechos de autor, la verdad que personalmente no le veo relevancia, porque es un tema legal que tiene harto tiempo y si salían o no estas precuelas iba a seguir latente, estallando de vez en cuando, como por ejemplo cuando salió la película, y eso si que me pareció una violación mayor a la obra original, porque se reinterpretó, se adaptó y se cambió bastante el sentido de la historia original. Todo el mundo sabe qué es Watchmen y el lugar privilegiado que tiene en la historia del comic. Y sí, creo que el argumento de Moore, sin quitarle lo contundente que puede ser, es su punto de vista, robar o reinterpretar, términos que se pueden ajustar al beneficio de cada cual que defienda su posición.
ResponderEliminarPoniendo un ejemplo, porque se que a Guido le gusta mucho. Avatar es una película sensacional (aunque muchos opinan que es una total basura, y cuando escucho eso los escupo), para mí la historia es autoconcluyente, y como está, queda perfecta, pero van a hacer una secuela, no sabemos si será mejor o no, la única diferencia es que Cameron es el dueño de la idea y el ve lo que mejor le parezca, pero a pesar de ello, Avatar siempre será un referente para aquellos a los que les gustó la película, igual que el comic de Watchmen.
Angello:
ResponderEliminarGracias por tu comentario, se te extrañaba en el blog. Efectivamente el tema es bastante espinoso y no creo que lo del copyright sea el único flanco por el cual abordarlo. Y, pese a que no estoy 100% de acuerdo con el artículo de Arcadio (personalmente artistas como Lee Bermejo, JG Jones o Jae Lee no me parecen precisamente ''grandes talentos'', ni qué decir de los guionistas que en mi opinión son bastante mediocres, el único involucrado en el proyecto que me inspira respeto es el dibujante Adam Hughes), me pareció muy interesante todo esto de los derechos de autor y cómo en pleno Siglo XXI grandes empresas como DC/Warner -valiéndose únicamente de su gran poder económico- pueden pasar por encima de estos derechos y actuar impunemente y seguir con las injusticias que se cometieron contra autores como Siegel, Shuster, Lee o Kirby, hace ya más de 50 años.
Y no sé mucho de derecho, pero tengo entendido que los contratos no tienen validez ''eterna'' y que muchos de los puntos acordados en un contrato deben irse adaptando o renegociándose conforme a las nuevas leyes y a nuevas circunstancias sociales e históricas que surgen luego del contrato. Como bien explica Arcadio, el acuerdo de que los derechos regresarían a Moore una vez que el tomo compilatorio saliera de circulación, se hizo en una época en que los tomos compilatorios o TPB's eran una cosa rarísima e inusual en la industria de los cómics (todo tipo de cómics, no sólo ''comerciales''). A partir de este punto hay un cambio en la producción industrial y comercialización de los cómics. Aparece el mercado de los TPB's y DC se ''aviva'' y mantiene el tomo de Watchmen constantemente en imprenta. Lo justo sería que terminado el primer tiraje, los derechos hubiesen regresado a Moore. Y seguramente el contrato puede ser interpretado de esa manera, pues si bien no se dice explícitamente ''primera edición, o primeras 5 ediciones'', tampoco se dice ''eternamente'' ¿no? Al final Moore va a morir sin recuperar los derechos (igual ya de nada importa, pues para lo único que los quería era precisamente para evitar adaptaciones cinematográficas o precuelas y secuelas historietísticas, las cuales ya se han consumado) y eso a mi parecer se contradice con el contrato en el que de todas maneras de se habla de la recuperación de derechos por parte del autor, y esto nunca se va a dar. Al final obviamente, la batalla legal se podría ganar, pero como dice Moore, no tiene intención de perder tiempo ni dinero enfrentándose a una corporación multinacional con la capacidad de contratar una batería infinita de los abogados más caros del mundo.
Para mí lo más deprimente de todo esto es el afán de DC de transformar una obra clásica autoconclusiva y definitiva (una de las pocas existentes dentro del género superheroico) en una franquicia, pues esto no hará sino reafirmar el prejuicio de que los cómics son un arte menor, en el que todo vale con tal de vender y ''divertir'', y que a fin de cuentas, este es un medio para adolescentes y ''ñoños''. Eso es lo que me indigna y me causa repudio: que se viole la integridad de una magnífica obra, un clásico, y que se pretenda tratar a este cómic de autor como una franquicia más. Y lo que esto desnuda: la sequía total de ideas de todo el ejército de guionistas obreros que trabaja hace 20 años en DC o Marvel, quienes no hacen más que repetir las mismas fórmulas y reciclar conceptos del pasado. ¿Por qué no Straczynski, Cooke o Azzarello hacen una obra propia que se convierta -en cuanto a innovación, complejidad, profundidad, trascendencia, estética etc.- en el nuevo ''Watchmen''? Obviamente porque no pueden, pero lo más patético de todo es que ¡ni siquiera lo intentan!
Continúa...
Sintetizando, creo que las canalladas son canalladas y por mucho que argumentemos y racionalicemos el tema, la canallada de Before Watchmen (como también de la repulsiva película de Snyder) y de los directivos de DC y de todos los autores obreros que se están prestando para perpetrar este despropósito va a seguir siendo eso: una canallada, contra Moore, contra Watchmen, contra el medio en general y sobre todo, contra los derechos del autor sobre su obra.
ResponderEliminarPD: Sobre Avatar, quizá opine al igual que tú que una secuela sería innecesaria. Pero en todo caso, mientras sea el propio Cameron -creador y dueño de la obra- quien lo decida, pues me parece que todo estaría en orden, tanto desde el punto de vista ético, legal e incluso artísitico.