Navegando por la red me encontré con la página oficial
del GRATIS COMIC TAG alemán (el equivalente al Free Comic Book Day
norteamericano). Esto demuestra que sí es posible importar el modelo de esta
importante festividad estadounidense, que tanto ayuda a la difusión del cómic en
toda su diversidad y a incentivar su consumo entre todo tipo de público. Claro,
siempre y cuando se cuente con una industria desarrollada: gran cantidad de editoriales,
tiendas especializadas, autores profesionales y una lectoría considerable.
Si algo no se puede ''copiar'' bien, es mejor no
hacerlo. Si no, el resultado termina siendo una caricatura, una festividad
esperpéntica, como lamentablemente han sido los intentos de reproducir este
evento en nuestro país desde el 2011 (este año organizado por la sociedad entre Librería Contracultura
y Conamyc) con un único local en una zona inaccesible para la mayoría, en el
que se regalan 2 o 3 fanzines realizados por amateurs, con un contenido
deplorable, que más que cautivar a lectores nuevos, los puede espantar.
En fin, si no tienen suficiente con la sana envidia que
nos causa el Free Comic Book Day norteamericano, pues pueden llenarse de una
envidia mayor con el Gratis Comic Tag alemán, donde ojo: no sólo se regalan
cómics en formato grapa, sino también ¡álbumes en tapa dura! (el formato
habitual en el que se publica el cómic europeo).
Los dejo con algunas portadas de los 30 cómics que se regalaron en esta edición 2013, en la que se aprecia material de distintas nacionalidades -incluida la alemana por supuesto- y géneros (fíjense también que ellos han desarrollado su propio logo, para darle identidad a su propia festividad).
Los dejo con algunas portadas de los 30 cómics que se regalaron en esta edición 2013, en la que se aprecia material de distintas nacionalidades -incluida la alemana por supuesto- y géneros (fíjense también que ellos han desarrollado su propio logo, para darle identidad a su propia festividad).
Esperpentico y Repelente. Estuve ese día muy ansioso y pensé que era una broma. Sentí vergüenza ajena por los organizadores.
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