Ha llegado a mis manos un ejemplar de FIERRO PERÚ #1, revista
editada por la Librería Contracultura de Benjamín Corzo. A continuación voy a
explayarme sobre unos cuantos puntos que en su conjunto hacen que -a nivel
general-, mi veredicto sobre la calidad de esta publicación (y más aún la
relación calidad/precio) sea bastante negativo.
Ni siquiera quiero dedicarme a comentar en profundidad la
calidad de los cómics (si tal cómic me parece bueno, mediocre o malo), por ahí no va dirigida mi crítica, en esta ocasión quiero concentrarme en lo que representa la publicación como tal. Los puntos que
analizaré, de manera completamente objetiva, son: 1.- Concepto, 2.- Presentación y Edición, 3.- Precio y Periodicidad.
1.- CONCEPTO. Fierro es una importantísima revista de
historietas argentina, quizá históricamente la mejor antología de cómics a
nivel latinoamericano. Lleva (sumando dos etapas distintas) casi 200 números
publicados. Por sus páginas han pasado autores de la talla de Moebius,
Fontanarrosa, Horacio Altuna, Carlos Trillo, Alberto Breccia, Enrique Breccia,
Solano López, Ricardo Barreiro, Juan Giménez, Juan Sasturain, Mandrafina, Diego
Agrimbau, Lucas Varela, Pablo de Santis, Eduardo Risso, Juan Sáenz Valiente,
etc. Con eso pueden hacerse una idea de la institución que representa esta
revista, a nivel global.
En una movida marquetera, firmemente
basada en la maniobra capitalista de ''franquicia'', Benjamín Corzo ha decidido
publicar esta Fierro Perú. Quizá cree que el nombre es suficiente para asegurar
el éxito de esta empresa (porque salvo el nombre no hay punto de comparación
con la publicación original). Fierro Perú es una revista que no tiene un
concepto ni una propuesta clara. Por un lado presenta reimpresiones de material
publicado hace años en la Fierro original, y la acompaña con cómics de
representantes nacionales.
Aquí sucede algo curioso, pues salvo un par de nombres,
la mayoría de los colaboradores peruanos (Miguel Det, Jesús Cossio, Ale Torres
Novoa, Rodrigo La Hoz y David Galliquio, con su propuesta de cómic
arty/subte/indy/naif acriollado) son los mismos que habitualmente publican en
la revista CARBONCITO editada por Renso y Amadeo Gonzáles. En ese sentido
podríamos decir que Fierro Perú no es otra cosa que la revista Carboncito + ''refuerzos
extranjeros''.
Ahora bien, estos ''refuerzos extranjeros'' tampoco son
tales, pues ninguna de las colaboraciones argentinas es original e inédita.
Todos los cómics argentinos han sido tomados de ediciones anteriores de la
Fierro original, es decir son reimpresiones, refritos, reciclaje o como quiera
llamarse, de la edición argentina. Por tanto nuestra ecuación quedaría de la
siguiente manera: Fierro Perú = Carboncito + refritos de la Fierro original.
Siguiendo con el tema de los refritos (es decir
reimpresiones, cómics que ya habían sido publicados en otros lados) sorprende
que también entre los colaboradores peruanos lo que más abunde sean eso: los
refritos. Mario Molina presenta 14 páginas de En La Cara No, la mayoría de las
cuales (más del 75%) ya estaban dibujadas desde el año 1989. Son las mismas
páginas con las que ganó el Premio Contracultura de Novela Gráfica del 2011, y
ahora las mismas páginas que se publican en Fierro Perú.
Algo parecido pasa con los cómics de Ale Torres y Juan
Carlos Yáñez, se trata de ''saldos'' (obras no ganadoras) de ediciones
anteriores del Premio Contracultura de novela gráfica, que parecieran estár siendo
utilizados para ''llenar páginas'' de esta revista, a falta de material actual. Los minicómics de 2 páginas de Miguel Det y
Jesús Cossío han aparecido ambos en gran cantidad de fanzines subtes. No es
material original. El cómic del arequipeño Diego Rondón (lo mejor de la revista
en cuanto a material peruano) fue dibujado hace casi 10 años atrás, y así
varios ejemplos. En conclusión, esta revista no presenta nada, o casi nada
nuevo, actual, creado especialmente para la ocasión.
2.- PRESENTACIÓN y EDICIÓN. Si se trata de Fierro Perú, uno
esperaba una portada dibujada por un artista peruano, pero en este caso se ha
optado por poner una portada de un artista argentino, Juan Bobillo. Yo tengo
mucho aprecio por este artista. Tengo en mi colección un par de cómics suyos,
como Martín Holmes (con guión de Carlos Trillo) y She Hulk (con guión de Dan
Slott). Es un gran dibujante, pero esta portada que se ha elegido no me parece
muy llamativa, tampoco tiene un concepto claro, me parece una mala decisión
para la portada de un primer número.
Peor aún, no hay ningún esfuerzo en el uso creativo de
fuentes tipográficas en la portada. Sólo aparece el logo en la parte superior y los
créditos de los autores (con una simple fuente de Microsoft Word, todo del mismo tamaño) en la parte
inferior. La ley del mínimo esfuerzo. El apellido
Galliquio aparece mal escrito (''Galliqui'') y se omite el nombre del guionista
peruano César Santivañez. Cualquiera que tenga mínima experiencia en edición
sabe que una portada debe revisarse al menos 10 veces antes de mandarse a imprenta,
y no entiendo cómo no pudieron percatarse de estos errores.
Siguiendo con el tema de César Santivañez (guionista
del cómic Panóptica), aparecen más errores. Si bien en la primera página sí se
le acredita, con su apellido escrito correctamente, en la página 41 se lee ''César
Santibañez''. Sigo sin entender cómo el editor o quien haya estado a cargo del
cuidado de la edición, no se haya percatado de esto. En el índice aparece como
Santivañez, y en el cómic aparece como Santibañez. O sea que era una de dos. Nada que no pudiera haberse
resuelto con una llamada telefónica al autor. Pero repito, parece que la
edición ha sido muy descuidada, o que simplemente no cuentan con un editor
competente.
El cómic de 3 páginas de Liniers, ''Oil Company'',
tiene una pobre definición de imagen. Parece que les mandaron el archivo en
baja resolución o que el original se realizó para una publicación de menor
tamaño. Lo mismo sucede con algunas viñetas del cómic En La Cara No, de Mario
Molina, especialmente la última página de ese cómic, totalmente en baja
resolución y hasta pixeleada.
El error más grave sin embargo, es la repetición de la
página #6 del cómic El Buda que habla, de los argentinos Diego Navarro y Lito
Fernandez, que aparece tanto en las páginas 95 y 96. Así es, al ''editor'', se le
pasó una página repetida. Y esto además deja el bichito de que quizá, al repetirse
una página, se omitió otra. No lo podemos saber. Siguiendo con esta historieta,
resulta que se nos presenta el Cap. IV de la misma. ¿Cómo pueden incluir un
cuarto capítulo en el #1 de una revista? ¿Y los tres primeros capítulos dónde están? Parece
pues que estamos hablando literalmente de reciclaje editorial.
En cuanto a la calidad material de la publicación, se
ha realizado con materiales de bajo costo: la portada es de una cartulina de
liviano gramaje (se dobla muy fácilmente) y el papel para páginas interiores -128 en total- es
un simple papel bond blanco tipo ''fotocopia''. El empastado también se ha
hecho de manera descuidada (se cuartea fácilmente). En conjunto, se nota a
leguas que esta publicación se ha impreso y empastado en algún huarique del
centro de Lima o La Victoria, y no en una imprenta profesional.
3.- PRECIO y PERIODICIDAD. Por todo lo explicado en los
primeros dos puntos, me parece exagerado que se haya establecido el precio de
S./40 nuevos soles (al cambio $15.00 dólares americanos) por una publicación de esta calidad. No hay relación entre el contenido (en su mayoría refritos), la
presentación (edición mediocre, materiales simples), y el exorbitante precio de
la revista. Siendo justo, me parece que una revista como Fierro Perú, no
tendría por qué costar más de S./15.00 nuevos soles. No hay ningún sustento
para que la revista tenga un precio mayor a ese.
Finalmente, algo que llama la atención es que se haya
establecido una periodicidad semestral. Es decir la revista Fierro Perú será
publicada (en el más optimista de los casos, porque yo no le veo mucho futuro)
sólo dos veces al año. Hasta ahí todo bien, es una decisión respetable. Pero lo que
no tiene ningún sentido es que, siendo una revista de periodicidad tan poco
frecuente, en vez de apostar por historietas autoconclusivas, con un final
definido, completas en sí mismas, se haya decidido incluir una gran cantidad de
cómics serializados (del tipo continuará…).
Muchos de los cómics de esta revista, como Panóptica
(Santivañez/Espinoza), Barrunto (Sandoval/Galliquio), En La Cara NO
(Malca/Molina), Leo Furia (MED) entre otros, no son más que un primer acercamiento, un atisbo, una
introducción, un prólogo si desea, a sus respectivas historias. Pero resulta
que entonces, para leer las próximas 5 o 6 páginas de estos cómics, tendríamos
que esperar 6 meses, luego un año para la próxima entrega y así sucesivamente. Cualquier
lector va a perder la ilación de las historias, ni qué decir de la gente que
compre por primera vez un número avanzado. Lo que yo me pregunto es, si voy a hacer una
revista semestral ¿cómo le voy a pedir cómics serializados a los autores y no
historias completas? Son decisiones editoriales que no se entienden.
En conclusión Fierro Perú es una revista sin un
concepto definido, no se entiende la propuesta, más que antología resulta en
una mezcolanza (¿Juan Giménez al lado de MED Cómics al lado de Jesús Cossío, etc.?), lo que más abunda son los refritos y las reimpresiones, escasea
el material fresco, está mal editada, tiene un precio altísimo, y lo peor de todo: deja gusto a
muy poca cosa luego de ser leída.
Creo que Benjamín Corzo tendrá un arduo
trabajo intentando ''enyucar'' esta publicación a potenciales -e ingenuos- compradores, dispuestos a pagar ese caprichoso precio. Y
desde ya les puedo asegurar que veo muy difícil que un proyecto como este, sin
pies ni cabeza, sin dirección, sin concepto, editado al champazo, llegue
siquiera a presentar un segundo número algún día. Lo dudo seriamente.