Lo que más salta a la vista observando un ejemplar del último número de la revista MED Cómics es definitivamente el cambio de formato. El tamaño de la revista ha crecido considerablemente (17 x 25 cm), en un esfuerzo quizá por diferenciarse de otras publicaciones nacionales caracterizadas por tener un formato más pequeño (el clásico 14 x 21 cm). Si hay algo que reconocerle a la revista MED Cómics, creo que es precisamente el notorio avance y mejoramiento, número tras número, del aspecto material de la publicación.
El quinto número, con este nuevo formato más grande y con un logotipo actualizado, representa pues una nueva etapa para el proyecto, que ya tiene un año y meses de existencia (otro punto a reconocerle a MED Cómics: la periodicidad trimestral que hasta ahora han cumplido a carta cabal, algo poco usual en el medio local). Sin embargo, y tal véz por una cuestión de ajuste de presupuestos, el crecimiento del formato ha significado un sacrificio drástico en el número de páginas, que se ha reducido de 48 (números #1-4) a sólo 28. Si restamos la portada, la editorial, las páginas dedicadas exclusivamente a publicidad (Guille & Orquestas, Taller Doble C Studios etc.) y otras dos dedicadas a dibujos de la Chola Power nos quedamos con solo 20 páginas de historietas. Esto se traduce en una lectura relámpago, la revista puede leerse en cosa de 5 o 7 minutos a lo mucho. Como se dice criollamente ''queda corto'' o ''queda chicoma''. Es de esperarse entoces, que en las próximas ediciones, la revista recupere la cantidad de páginas perdidas, lo que significa una experiencia de lectura más extensa para el público consumidor (que como se sabe, siempre anda calculando la relación entre costo y beneficio). Pasemos ahora al análisis de cada una de las historias incluidas en la revista MED Cómics #5:
1) Inkarri: la venganza, por José Díaz.- Este cómic de 6 páginas trata sobre una víctima de la mafia que regresa de la muerte convertido en un ente fantasmal, dispuesto a cobrarse la revancha con quienes lo ajusticiaron. Hay viñetas muy bien logradas, como la que da inicio a la historia, un plano abierto de la Av. Abancay en plena hora punta, llena de gente, tráfico y smog. Otra escena interesante es en la que vemos al ente justiciero acercándose hacia su objetivo, como descendiendo desde lo alto, por entre microbuses y ''custers'' destartaladas y humeantes. El mafioso dibujado por José Díaz tiene un parecido tremendo con el popular ''Don Bieto'', conocido personaje limeño vinculado a la corrupción. Los diálogos tienen buenos momentos, se refleja el habla criolla y apendejada del típico limeño promedio. Aún es pronto para hacer un análisis mayor, pues la historia queda inconclusa, pero espero que en próximas entregas la historia no caiga en los clásicos clichés de este tipo de narraciones: un justiciero ''bueno'' que mata uno a uno y sin cesar a todos los mafiosos, rateros y asesinos de la ciudad: ''los malos''. Ojalá con el correr de los capítulos encontremos mayores matices y desarrollo de la trama. Para una primera entrega sin embargo, el cómic cumple su objetivo con una nota sobresaliente.
Av. Abancay en el Centro de Lima.
2) El Maula, por los hermanos James y Jhonny Becerra (Cajamarca).- Este es un cómic de dos páginas que se podría calificar de ''horror costumbrista'', protagonizado por El Maula (un valiente aventurero en busca de las riquezas de un ''tapado'') quien recibe consejos de un pishtaco y se enfrenta a duendes, malignos, calacas y condenados. Pese a una narrativa algo enrevesada, la historia rápidamente agarra ritmo y se desenvuelve con fluidez, cerrándose como un círculo perfecto. Buena incursión de los Becerra Bros. en el campo del terror.
3) Transgénicos, por Carlos ''Christos'' Crisóstomo.- Primera entrega de 4 páginas de este cómic de acción y misterio. Willy Kuntur es un hombre de seguridad que trabaja en la Future Station, un centro de investigación ubicado en los bosques del chaco paraguayo. Aquí se experimenta con transgénicos, bajo la atenta mirada de la directora del proyecto, la doctora Miluscka Fox, una científica ''de origen latinorusoamericano'' (sic). Pronto un accidente cambiará la vida de Willy Kuntur y de todos aquellos implicados en este misterioso proyecto. Para ser un primer capítulo de cuatro páginas, hay buena dosis de acción y se condensa bastante información en poco espacio, de manera fluida y ordenada. El dibujo de Christos es bastante consistente, la historia está bien narrada y los elementos de la misma están bien expuestos desde un comienzo. Eso sí, por momentos el lector puede verse saturado por el tono casi didáctico de la voz omnisciente del narrador de la historia. Veremos cómo concluye la historieta en el próximo número.
4) Mutantes Adolescentes, por Luis Morocho (idea original de Martín Espinoza).- Tercera entrega de la saga de los Mutantes Adolescentes. Volver a dar mi opinión sobre lo que pienso de esta historieta sería redundante. Ya me explayé lo suficiente en las críticas a las revistas MED Cómics #3 y #4 (revisar enlaces al final de éste post). No encuentro ninguna mejora considerable respecto de las anteriores entregas y me sorprende un poco que se esté insistiendo tanto con este cómic, que ya ha aparecido en tres números de la revista (y parece que seguirá apareciendo). Sigo pensando que es uno de los trabajos más flojos publicados en MED Cómics hasta el momento (recalco que se trata de una opinión personal). Quizá lo más rescatable sea la técnica de sombreado con líneas cortas que emplea Luis Morocho en las escenas de ''flashback'', logrando un efecto visual interesante. Pero... nada más.
5) Epitafio, por Martín Espinoza Díaz.- Cómic de 2 páginas de ciencia ficción. Me hizo recordar a aquellas historias cortas agrupadas bajo el nombre de ''Tharg's Future Shocks'' que aparecían en la revista británica 2000 AD. Me parece un buen trabajo, tanto en el guión -que tiene algo de moraleja ambiental- como en el dibujo (con imágenes de naves espaciales, extraterrestres, escenas apocalípticas de la tierra etc.). Muy bien desarrollada la ambigua relación del maestro alienígena con su misterioso pasado (¿acaso una rana terrestre mutada producto del descalabro ambiental del planeta?) y la resolución del cómic en la última viñeta, para la que se ha reservado el impacto mayor.
Puntos de venta de la revista MED Cómics.
- MED Cómics #3: superhéroes, horror y ciencia ficción a la peruana.
- MED Cómics #4: Mutantes, pishtacos, gatos y una pizca de cómic gay.