Gonzalo Martínez nació en Santiago en 1961. Es arquitecto de la Universidad de Chile. Está casado y tiene dos hijos. Desde 1987 ha publicado sus cómics en diversos medios, desde producciones autogestionadas hasta revistas y diarios de gran tiraje. Entre 1991 y 1999 publica la tira ''Horacio y el Profesor'' en El Mercurio de Santiago. En el 2001 incursiona en el mercado estadounidense, donde encuentra un campo lleno de posibilidades creativas. Sus trabajos han sido publicados por editoriales como Avatar Press y Alias Entreprises. En el 2007 dibujó su primera novela gráfica ''Road Story'' para el sello Alfaguara. En la actualidad realiza diversos trabajos como la serie Super Teen*Topia para la editorial Forcewerks Productions, además de variadas historias románticas para Arrow Publications. También se encuentra trabajando en nuevos proyectos para Alfaguara y Mythica Ediciones.
En mi adolescencia no leí nada o casi nada de historietas. Por un lado yo estaba preocupado de otras cosas, además no tenía plata para gastar. Y por otro, a la llegada de la dictadura en el ‘73 se sumaron otros factores que hicieron que la historieta desapareciera de los quioscos y del interés de los chilenos.
3.- ¿A qué edad comienzas a interesarte en el dibujo? ¿Cuándo te das cuenta de que querías -y tenías el talento- para dedicarte a esto profesionalmente?
Como todo dibujante, empecé como a los 2 o 3 años rayando las paredes de mi casa :) Pero en realidad, nunca me interesó el dibujo como “dibujo” sino como la posibilidad de yuxtaponerlos y narrar historias. De hecho me dí cuenta que mi talento era limitado, así que desarrollé el talento de sacarle el jugo a mi limitado talento :)
4.- ¿Llevaste algún curso de dibujo en algún instituto especializado o escuela de arte? ¿te formaste de manera autodidacta en el dibujo?
Autodidacta. Y a la hora de hacer historietas, uno es más autodidacta que nadie. Porque a dibujar puedes aprender en muchos lugares, pero que te enseñen a hacer historietas, es más complicado. Además, con la muerte de la industria en la década del setenta, se cortó la cadena de traspaso de maestro a aprendiz. Si tuviera que detallar aquello que me ayudó a comprender un poco los entresijos de este lenguaje fue el libro ''Tecnica de la Historieta'' de la Escuela Panamericana del Arte, la ''Enciclopedia de los Cómics'' de Toutain y haber reproducido completamente dibujo por dibujo, viñeta por viñeta, globo por globo historietas en blanco y negro que aparecían en las revistas argentinas. Ojo, que no me preocupé por la técnica. Mi reproducción era muy pobre, con lápiz de mina en un cuaderno de matemática: más bien me interesaba entender cómo era la cosa. Y la historieta en blanco y negro muestra sus entrañas más honestamente. Y ahora último el ''Understanding Comics'' de Scott McCloud (Ahí está todo).
No, lo dejé completamente el año 2003. No me arrepiento para nada, pero añoro un poco la estabilidad económica :)
6.- ¿En algún momento tuviste alguna clase de problema con tu familia o alguna discusión con tus padres por esto de dedicarte al dibujo y a los cómics -en fin, a la vida de un artista- o siempre te apoyaron?
Siempre valoraron mi amor por la historieta. Y cuando decidí dejar el desempeño de mi profesión como arquitecto para navegar en las procelosas aguas de la historieta, mi esposa me apoyó y me apoya completamente.
7.- ¿Escribes? ¿Te gusta hacer cómics en los que estás encargado del guión y el dibujo a la vez? ¿Tienes proyectos de éste tipo?
Desde que empecé a publicar el año 1987 hasta entrado el siglo 21 yo hacía los guiones de mis historietas y tiras cómicas. Cuando decidí profesionalizarme es que comencé a relacionarme con guionistas, estadounidenses primero y recién ahora voy a empezar a trabajar con guionistas chilenos. Si, siempre está la posibilidad de escribir mis historias. No tengo nada planeado por ahora.
No fue fortuito. Lo busqué. Quería probar eso de trabajar con profesionales porque necesitaba aprender. El caso de Avatar fue que les envié muestras de mi trabajo y justo estaban buscando a alguien como yo para una miniserie. Siempre es así.
Mis influencias son muchas y variadas. Quizás no alcanzan a generar un patrón. A ver, rápido y sin darle mucha vuelta: Historieta clásica chilena. La historieta argentina (que gran escuela tienen). La historieta francobelga. La historieta española.
Hugo Pratt, Hergé, Carlos Giménez (grande), Vittorio Giardino, Miguelanxo Prado, Alfonso Font, Paco Roca, Yiro Taniguchi (genio), Isashi Sacaguchi, Will Eisner, Adrian Tomine, Daniel Clowes, los Hernadez Bros., Paul Smith, Chris Sprouse, Mike Wieringo, Alex Toth, Jacques Tardi, Howard Chaykin, Pierre Christin, Darwyn Cooke, Allan Moore, Grant Morrison, Mark Waid.
Entre los chilenos: Maximo Carvajal, Julio Berríos, Themo Lobos, Alejandro Jodorowsky, Martin Cáceres, Christiano, Alan Robinson, Gabriel Rodríguez.
Como ves, son tantas la influencias, y de seguro se quedaron muchos afuera.
Pierre Christin, Jacques Tardi, Alejandro Jodorowsky, Alan Moore. No sé, hay tantos y tan buenos.
11.- ¿Crees que algún día llegue a existir una industria del cómic en países como Perú y Chile, o todo autor con talento está obligado a emigrar a USA o Europa para poder desarrollar su trabajo plenamente?
Yo creo que hay que dejar de pensar en industrias locales y pensar globalmente. Creo que recién en ese caso, podríamos pensar en una industria que dé posibilidades de trabajo al talento local. Pero primero hay que pulir nuestras habilidades narrativas, de manera que no haya diferencias de calidad con el resto de los mercados más potentes. Y por supuesto, hablar desde nuestra referencia cultural (lo que no significa ser chovinista o tradicionalista). Si vamos a querer interesar a un mundo globalizado, hay que aprender a distinguirse del resto de los mercados. Hay que dejar de pensar en la versión sudamericana de Superman o Batman y darle más vueltas al asunto. Por ejemplo, preguntarse (y es un ejemplo) ¿Qué hace que las novelas de Vargas Llosa se lean con igual interés en tantos lugares y culturas distintas?
Me contactaron de Alfaguara. Ellos estaban interesados en explorar el mundo de la novela gráfica y eligieron ese cuento de Alberto por su perfil más afín al medio y luego me llamaron a mi.
Definitivamente he leído más críticas y comentarios en Perú o USA que en Chile. No obstante pienso que al final le fue bien. Bastente bien para ser un “libro raro” como acertadamente dijo una amiga.
Road Story se ha distribuido en español en librerías de áreas de habla hispana en USA y ha tenido buena recepción crítica (mínima en todo caso). La posibilidad de tratar de venderla a alguna editorial de tipo independiente es algo que está pendiente.
Acabo de terminar una novela gráfica para Alfaguara llamada Quique Hache detective. Basado en el popular personaje de las novelas de Sergio Gómez. Un niño de 15 años que vive en un barrio de Santiago y que, a espaldas de sus padres, estudia para Detective Privado por correspondencia. La novela cuenta su primer caso: Debe encontrar al arquero de un equipo de futbol de barrio, figura clave en la final del campeonato que se va a disputar ese fin de semana.
Me encantó hacerla. Es una historia de detectives en formato infantil juvenil en donde se rescata el espíritu de la novela negra clásica, dejando de lado los clichés superficiales. Ahora debiera empezar a dibujar Celeste Buenventura, otra novela gráfica, esta vez para Mythica ediciones escrita por Marco Rauch. Si tuviera que hacer una sinopsis rápida yo diría que es una versión en formato infantil juvenil de “El Fugitivo” con una personaje adolescente en el ambiente fantástico que provée la rica tradición de mitos y leyendas de la isla de Chiloé al sur de Chile. Y, por supuesto, sigo dibujando la segunda novela gráfica de Super Teen*Topia para el mercado estadounidense, escrita por Kirk Kushin.
Leer respuestas a preguntas 4, 8 y 11 :) La industria hay que crearla. Nuestras capacidades narrativas tienen que ser óptimas. Nos debiera poder comprender cualquier hijo de vecino, no solo los fans del cómic como nosotros. Hay que tener algo interesante que decir y sobre todo, saber decirlo interesantemente.
17.- ¿Qué opinas del género de superhéroes, te sigue llamando la atención o crees que a cierta edad uno ya rompe con ese paradigma y pierde el interés en ese tipo de historias?
Me crié leyendo superhéroes, sobre todo aquellos medio freaks de la silver age de DC como “Los Secret Six”, “Los Challengers of the Unknown”, la “Doom Patrol” o los “Metal Men”, así que le tengo un gran cariño al género. Pero el problema no es el género, sino que el medio ha sido secuestrado por fans que lo único que quieren son historias de superhéroes, y eso es dañino para el lenguaje y sus posibilidades.
Esas la voy a contar cuando vaya a Lima (ojalá algun día) y nos tomemos un café por ahí contigo y César Santiváñez. Una vez conversé harto rato con Jim Steranko, pero allá les cuento acerca de qué :D