Hace unos días se lanzó la convocatoria para el 3er
Premio Contracultura de Novela Gráfica, cuya nota de prensa y bases pueden leer aquí. Cuando en
el año 2010 se lanzó el 1er Premio, creí que se trataba de una iniciativa
bastante plausible. Incluso, meses después, reseñé positivamente las obras
ganadoras de aquella primera edición (Islas de Rodrigo La Hoz y Las moscas no
vuelan de noche de César Santiváñez y Carlos Lavida), dos cómics interesantes que
quizá no habrían llegado a publicarse de no haber sido por este concurso. Pero
con el correr de los años veo que las bases del Premio Contracultura siguen
teniendo graves inconsistencias (comprensibles quizá en la primera edición,
pero injustificables a partir de una segunda), y también encuentro bastante
inusual otros aspectos como el de la conformación del jurado. Por último, algunos datos comprobados y ciertos rumores que circulan en el ambiente
comiquero terminarían por confirmar que este premio no es más que una quimera,
una pantalla, un saludo a la bandera, y que incluso se han cometido algunas irregularidades
bastante serias. Pero vayamos por partes. Les sugiero primero leer atentamente
la nota de prensa de la convocatoria y las bases del Premio Contracultura de
este año y luego proseguir con la lectura de mis apreciaciones.
¿Cómo juzgar una obra a partir de un adelanto de 15
páginas?
En el primer punto de las bases del concurso (que son
las mismas desde el 2010) se lee: ''La novela gráfica tendrá una extensión no
menor de 60 páginas pudiendo presentarse al concurso cuando menos 15 páginas
desarrolladas en tamaño A4 acompañado de una sinopsis de 2 páginas, como
mínimo, en las que se detalle su argumento''. Por las conversaciones que
mantuve con Benjamín Corzo -organizador del premio- y varios de los autores
ganadores y finalistas tanto de la primera como de la segunda edición, todos
los participantes entregan sólo 15 páginas de adelanto (en muchos casos
terminadas en el plazo límite, y sin saber siquiera cómo terminarán la
historia) y hasta ahora no ha habido un solo caso de algún participante que
entregue la obra completa.
Lo que me pregunto es ¿cómo puede un jurado elegir la
novela gráfica ganadora leyendo simplemente 15 páginas de muestra? ¿No les
parece absurdo o -por decir lo menos- inusual? Les aseguro que no existe ningún
otro premio artístico en el Perú o el resto del mundo en el que el jurado
califique obras incompletas. ¿Cómo calificar una historia sin apreciar en su
conjunto el inicio, el nudo y el desenlace de la misma? ¿O van a calificar la
historieta simplemente viendo la calidad del dibujo por un lado y luego leyendo
el texto en prosa de las dos páginas de sinopsis? Como me dijo un amigo con el
cual conversé sobre este tema: ''esto es como decidirse a comprar una casa
después de haber revisado simplemente el baño o la cocina''. No creo que nadie
con un mínimo de conocimiento en materia de narrativa secuencial se prestaría
para ser jurado de un premio de novela gráfica en el que se envían simplemente
adelantos y sinopsis. En fin, esto me lleva al siguiente punto…
¿Todos los años el mismo jurado?
El jurado ha sido el mismo en estos tres años, y al
parecer seguirá siendo el mismo mientras este premio exista, es decir que
estamos ante un jurado vitalicio. No tengo memoria de ningún otro premio
artístico en el Perú o el resto del mundo en el que el jurado se mantenga igual
año tras año. En la nota de prensa y las bases se dice que ''El jurado es
impecable y está conformado por 3 reconocidos autores y estudiosos de la
historieta''. Bien, habiendo dejado sentado que el hecho de que el jurado sea
el mismo ya es de por sí inusual, paso a revisar brevemente el historial o el ''campo de acción'' propio de sus miembros, y dejo a su consideración si se
trata de las personas más óptimas para juzgar a las obras participantes.
Quien preside el jurado es el señor Juan Acevedo,
creador de la famosa tira El Cuy y actual colaborador del diario Perú.21 con su
página de prensa Love Story. El señor Acevedo es básicamente un humorista
gráfico, toda su vida se ha dedicado al humor gráfico y político y no se le
conoce otro tipo de trabajos, salvo una que otra historieta corta como su
adaptación de un cuento de César Vallejo o un par de cómics institucionales, es
decir cómics hechos a pedido por ciertas organizaciones con fines didácticos.
El señor Acevedo ha dejado claro en muchas de sus conferencias que él no lee
mucho cómic usualmente, y su cultura historietística se basa principalmente en
la lectura de Peanuts (Charles Schulz) y de algunos cómics clásicos, en su
mayoría de la primera mitad del Siglo XX. El segundo integrante del jurado es
James Dettleff, docente universitario del área de comunicación social, editor
de la revista Tiralínea (auspiciada por la PUCP), y que por sus artículos deja
entrever que su conocimiento historietístico se limita también a cómics de los
años 80 para atrás. Y en la revista Tiralínea, en más de 15 ediciones, se han
editado poquísimos cómics de calidad, y lo que más abunda son esperpénticos
ejemplos de lo que normalmente se denomina ''manga peruano''.
No pongo en duda la calidad humana ni el buen bagaje de
conocimiento comiquero de estas dos personas, pero ¿estarán en capacidad los
señores Acevedo o Dettleff de poder apreciar obras escritas y dibujadas en
códigos más modernos y recientes, propios de los jóvenes historietistas
peruanos? Mucho me temo que los conocimientos sobre corrientes modernas (hablo
del cómic mundial de los años 80 para adelante) de estas personas es casi nulo. ¿Habrán leído
alguna serie de Vértigo, algún título de Image o IDW, a algún autor alternativo
norteamericano o europeo, algún manga contemporáneo, a los nuevos autores
latinoamericanos? Traten de conversar con
ellos, como yo he tenido la oportunidad de hacerlo alguna vez, y se darán
cuenta de que tocarles estos temas es como si uno les estuviera hablando en
chino mandarín.
Por último, el tercer integrante del jurado es Enrique
Planas. ¿Es acaso Enrique Planas un reconocido autor de historietas o siquiera
un reconocido estudioso del tema? No. Enrique Planas es un escritor de prosa
(que no tenido siquiera una mínima trascendencia con sus desafortunadas novelas)
y periodista de la sección Luces de El Comercio, sin ningún conocimiento
profundo sobre la historieta mundial. Y en los pocos artículos que ha escrito
sobre el tema, deja claro que considera al cómic como un medio de
entretenimiento puro. En la nota que escribió sobre el pasado festival Lima
Cómics por ejemplo, invitaba a la gente a que ''vayan preparando su disfraz''
(sic). ¿Qué mérito hizo el señor Planas para ser jurado de un concurso de
novela gráfica? Ustedes saquen sus propias conclusiones. Pero para terminar con
este punto: ¿Está este jurado -conformado por dos estudiosos de la ''vieja
escuela'' y un periodista al que seguro llamaron por simple aprovechamiento
mediático- capacitado para juzgar las propuestas de los jóvenes historietistas
peruanos, formados la mayoría en tendencias mucho más actuales? Y más
importante aún ¿Por qué el jurado es el mismo todos los años? Y para seguir
cuestionando al jurado paso a mi siguiente punto…
¿El mismo finalista dos años consecutivos?
En la primera edición del premio (2010), Carlos Lavida
resultó finalista con ''Las Moscas No Vuelan de Noche''. Y en la segunda
edición del permio (2011), Carlos Lavida volvió a salir finalista con ''Despérdidas''. ¿Qué podemos deducir de esto? Primero: que posiblemente la
cantidad de participantes de este premio es mínima, quizá 5 o 6 personas a lo
mucho. ¿Sino cómo se explica que el jurado este eligiendo a la misma persona
como finalista dos años consecutivos? No debe haber muchos participantes, por
tanto no hay mucho de dónde elegir. Segundo: el jurado tiene un criterio tan
estrecho, que simplemente están buscando un solo tipo de cómic, no son capaces
de apreciar distintos estilos o enfoques. Más que juzgar, imponen sus gustos.
En esa tónica, Carlos Lavida -de decidir
seguir participando en las próximas ediciones de este premio- podría seguir
saliendo finalista -o quizá ganador- indefinidamente, año tras año.
Esto sí es grave ¿Oscar Malca, ganador A DEDO?
El año pasado estuve presente en la ceremonia de
anuncio de los ganadores del 2do Premio Contracultura de Novela Gráfica, que se
realizó en la Feria Internacional del Libro de Lima. Recuerdo que me sorprendió
ver en el recinto a Oscar Malca, escritor a quien admiro, y me preguntaba que
haría allí, supuse que a lo mejor iba a cubrir el evento para la revista Somos
(suposición equivocada pues para entonces ya había dejado de ser editor de esa
revista, en la que trabajó más de una década, luego de abandonar drástica e
inexplicablemente su prometedora carrera de escritor). Luego me daría con la
sorpresa de que él había resultado ganador del premio, con ''En la cara no'' un
cómic ilustrado por Mario Molina. Como admirador de Malca me sentí bastante
alegre y me acerqué a hacerle algunas preguntas.
Leí a Malca cuando vivía en Cusco, a finales de los
90’s. Recuerdo que su libro ''Al final de la calle'' tenía un cierto status de
culto entre un grupo de amigos aficionados a la literatura, que leíamos también a Bukowski, Carver, Salinger, Kerouac, Hemingway, Ribeyro, Sábato, entre otros. A uno de esos amigos del espontáneo grupo literario que habíamos formado,
John Páucar, le comentaba lo triste que me parecía que Malca haya decidido
aparentemente no volver a escribir un libro nunca más. ''Si pues –me
respondió-, una vez lo vi en Lima, y le pregunté por su libro, se molestó
bastante, parece que no le gusta que le hablen de ese libro''. Pese a saber que el tema de su único libro
podía resultar espinoso, me acerqué a Oscar Malca y tuvimos la siguiente
conversación, que intentaré reproducir lo más fielmente que me sea posible:
- Hola, Oscar Malca, felicitaciones por el premio. A mí
me encantó mucho tu libro ''Al final de la calle''. Ni idea que te interesaba
el cómic. Este premio va a dar mucho que hablar, es prácticamente tu primer
trabajo de ficción narrativa desde el 93. Qué excelente noticia.
- Hola, muchas gracias.
- ¿Y cómo así te animaste a hacer un cómic y participar
en este concurso?
- Yo hacía cómics con Mario (Molina) y otros amigos en
los 80’s, algunos salieron publicados en fanzines. Es más, este guión yo lo
terminé de escribir el año 1989. Hace unos años Mario dibujó las primeras
páginas, las teníamos ahí guardadas. Enrique Planas me avisó de la existencia
del concurso y decidimos participar enviando lo que ya teníamos.
- Ah ya, espero leer la novela gráfica completa pronto.
Gracias y felicitaciones.
Lo que me decepcionó un poco después de esta
conversación, fue darme cuenta de que Oscar Malca no había ''regresado'' a la
escritura, sino que simplemente había participado con un guión escrito en el
año 1989, mucho antes incluso de que publicara su primer y único libro de
cuentos. También me pareció un poco raro que un cómic de 1989 reciba un premio
como novela gráfica del 2011, pero en todo caso -mientras el cómic no haya sido
publicado antes en ninguna revista o fanzine- ello no incurre en una violación
de las bases. Lo que sí me parece incorrecto es que uno de los jueces, Enrique
Planas, esté invitando a participar a sus amistades a un premio en el que él es
parte del jurado. Como juez, el debería limitarse a evaluar los trabajos que
lleguen a sus manos y punto, y no tener ningún tipo de interacción con los
participantes. Que haya sido él quien le haya pasado la voz a Malca del
concurso, y que finalmente Malca haya resultado ganador, despierta muchas
suspicacias.
Pero eso no es todo. Lo que he expuesto anteriormente
lo he escuchado con mis propios oídos así que doy fe de ello. Pero hay algunas
fuentes cercanas a Benjamín Corzo y a los miembros del jurado -que prefieren
mantenerse anónimas- que me han brindado esta información: Oscar Malca y Mario
Molina entregaron su trabajo semanas después del cierre oficial del plazo de
entrega ¿Cómo es eso posible? También me han informado que otro autor, Miguel
Det (que salió finalista en la primera edición) también entregó su trabajo
fuera del plazo límite en aquella ocasión, y que participó por invitación
directa del propio Benjamín Corzo. Y con eso enlazo con el siguiente punto…
¿Miguel Det será el ganador A DEDO del Premio
Contracultura de este año?
Dos fuentes cercanas a Benjamín Corzo y a los
integrantes del jurado del Premio Contracultura -que me han pedido no mencionarlas- me han informado que ya todo se viene cocinando para que el ganador
de este tercer premio que recién acaba de ser convocado, sea el autor Miguel
Det, con una adaptación al cómic de la novela ''En Octubre no hay milagros''
del mediocre escritor maoísta Oswaldo Reynoso, uno de sus referentes
ideológicos. Oswaldo Reynoso declaró recientemente a Perú.21 que Abimal Guzmán es una
persona muy inteligente y un humanista, y que Sendero Luminoso no fue un grupo
terrorista. Y ya se sabe que la ideología de Miguel Det es bastante similar,
sino incluso más radical. Pero al margen de poses ideológicas (que son también
una moda que actualmente asegura muchas ventas) aquí el problema es que se esté
haciendo ganar a este trabajo a dedo ¿Entonces para qué convocan a un concurso
si ya decidieron al ganador?
Va quedando clara la lógica de este premio: simplemente
premiar y difundir a los nombres con mayor alcance mediático. Ya el jurado está
definido no por su conocimiento historietístico, sino por los grupos de poder
mediático a los que pertenecen (Grupo El Comercio / PUCP) y los ganadores son
los trabajos que están escritos por gente famosa (Oscar Malca) o que son
adaptaciones de literatos de gran alcance masivo (Martín Adán, Oswaldo
Reynoso).
¿Y la novela ganadora y finalista del año pasado, dónde
están?
Finalmente, me parece
curioso que se esté lanzando la convocatoria para el 3er Premio, cuando aun no
se ha publicado ni la obra ganadora (En la cara no, de Oscar Malca y Mario
Molina) ni la finalista (Despérdidas, de Carlos Lavida) del 2do Premio,
realizado el 2011. He ahí otro de los inconvenientes de estar declarando ''novelas gráficas ganadoras'' a simples esbozos o adelantos de 15 páginas.
Luego los autores se demoran una eternidad en terminar los trabajos, los cuales
pueden terminar siendo una cosa totalmente diferente a la que calificó el
jurado. Estas bases se prestan también para convocar a simples oportunistas,
que envían sus adelantos con el único objetivo de ver si ganan el dinero del premio, y
sólo en ese caso se animan a terminar la obra, sino la dejan abandonada.