Desde que comenzaron las olimpiadas de invierno de Vancouver vengo siguiendo con atención los resúmenes diarios que pasan en canales como América TV o ESPN (a veces incluso me quedo ''pegado'' a las transmisiones en vivo). Las imágenes de patinaje artístico sobre hielo, slalom gigante, carreras de velocidad, y un montón de disciplinas que no recuerdo ni cómo se llaman me dejan hipnotizado frente a la televisión. No sé si será por la nieve y las montañas o por las pistas ascépticas y futuristas de los deportes que se realizan bajo techo, pero me parece que éstas olimpiadas son más interesantes y vistosas que las ''normales''.
Un deporte en particular me había dejado súper intrigado y fascinado: el Curling. En los días pasados había visto pasajes de algunos encuentros, tanto de la rama masculina como femenina, tratando de entender un poco sobre este juego. Hace unas horas, acabo de ver mi primer partido completo: la final femenina entre Suecia y Canadá (ganó Suecia en un partido lleno de emociones y cambios en el marcador), y me he terminado de enamorar de este curioso deporte. En él se combinan la precisión del billar y la táctica del ajedrez, todo sobre un campo de juego cuyo diseño pareciera estar inspirado por la esterilizada elegancia del vestíbulo de la mansión polar de Ozymandias.
La idea principal es hacer que unas enormes piedras redondas queden lo más cerca posible del núcleo de un círculo dibujado a más de 30 metros de la zona de lanzamiento, evitando que el contrario logre el mismo objetivo. Más allá de esta aparente simpleza, los deportistas tejen una serie de estrategias preventivas o de bloqueo al contrario que los que recién comenzamos a descubir el Curling apenas podemos intentar comprender de manera rudimentaria con nuestro sentido común. Creo que después de haber visto un partido completo entiendo por lo menos las reglas y conceptos básicos de este juego, aunque algunas de las estrategias (que en algunos casos daban resultado y en otros no) aún me resultan difíciles de entender en su totalidad. En este aspecto en particular el juego se torna bastante ''mental'', aunque el mayor protagonismo sigue siendo el de la precisión extrema y el pulso de los lanzadores.
Bueno, ya tengo un nuevo sueño: convertirme en jugador de Curling (¿llegarán a abrir alguna pista en nuestro país?) y llegar a las olimpiadas. Al final, no sé que hago hablando de Curling en un blog especializado en cómics. Debe ser que me ha llamado mucho la atención el aspecto visual de este deporte, que me traslada a escenarios de fantasía y ciencia ficción (y claro, también la exquisita belleza de algunas de las jugadoras). Bueno, en todo caso, aunque sea mencioné a Ozymandias, no se quejen. ¡Hasta pronto!
No se confunda: no son ovnis sobrevolando la órbita de Saturno.
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