¡Gracias Mario!

Estoy feliz. La Academia Sueca le dió el Nobel de Literatura a mi escritor favorito, por su ''cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo''. Es cierto, eso es parte fundamental de la obra novelística de Vargas Llosa. Pero Vargas Llosa es mucho más. En realidad no tengo idea de cómo seguir escribiendo este artículo ¿que digo?

Recuerdo que en el colegio me hicieron leer la novela corta ''Los Cachorros'', que me gustó mucho. La novela era sumamente violenta y tenía una técnica narrativa muy interesante en la que todos los personajes se mezclaban en una sola voz. Como la edición que tenía venía con los cuentos de ''Los Jefes'' también me leí éstos. Se me quedó grabado el cuento ''Día Domingo'', en el que dos adolescentes enemistados por el amor de una muchachita se enfrentan primero en un duelo alcohólico, y luego en una competencia de natación intentando llegar a la reventazón del mar limeño. Años después leí ''Elogio de la madrastra'' una novela erótica en la que Vargas Llosa también hace hablar a los personajes de diversos cuadros de autores clásicos.

Pero digamos que mi encuentro definitivo con Vargas Llosa se produjo en mi primer año de universidad en San Marcos, allá por el 2001. Era una época en la que el país recíen salía del oncenio fujimorista. Le estoy muy agradecido a un profesor quien ''nos obligó'' a leer la novela ''La fiesta del chivo''. Nos dijo que leyendo esa novela podríamos comprender los mecanismos de una dictadura (las cartografías del poder) y de cómo ésta influía en todos los estratos de una sociedad. Después de leer la novela, un thriller político espectacular, me di cuenta del poder de la literatura, que podía explicar y describir cualquier fenómeno y proceso social de una forma más directa y compleja que cualquier ciencia social. La literatura abarca la totalidad de la experiencia humana. Esa novela me conmovió, me gustó mucho, y algunas escenas terribles aún no me las puedo quitar de la cabeza. Desde entonces y hasta el presente he leído muchas de las novelas de Vargas Llosa (aún me faltan unas cuantas de sus obras capitales, que pienso leer en el transcurso del próximo año) y todas ellas, además de procurarme un gran placer, me han conmovido de manera profunda.

Entre mis literatos preferidos están Hemingway, Sábato, Kafka, Poe, Carver y muchos otros, pero me parece que los peruanos tenemos la chance de establecer un vínculo especial con Vargas Llosa, pues sus obras acontecen en gran parte en nuestro país, en lugares en los que vivimos y que conocemos. Supongo que podemos disfrutrar de una manera especial de sus libros, más que cualquier otro lector de otra parte del mundo, que quizá no conoce Lima o el Perú.

No quiero extenderme demasiado, sólo quiero agradecer a Mario Vargas Llosa, por obsequiarnos su gran obra: sus novelas, sus ensayos, sus artículos periodísticos. También por ser uno de los intelectuales más prominentes del mundo, un luchador por la democracia y la libertad. Este premio es un reconocimiento que nos alegra y nos llena de orgullo a todos sus lectores, los que hemos vivido experiencias inolvidables e increíbles con sus libros. Bien merecido tienes este premio. A los lectores de Comic Apocalipsis sólo me queda recomendarles que lean las novelas de Vargas Llosa, sino lo han hecho aún no saben de lo que se están perdiendo. Al menos yo he disfrutado de sus libros tanto como de los cómics de Alan Moore, Frank Miller o los Bros. Hernández.