lunes, 14 de diciembre de 2009

Adicto a los cómics (transcripción de un documento anónimo encontrado en un basurero).



Soy un adicto confeso, irrecuperable y terminal. Soy un adicto a los cómics. No reniego de mi adicción sino más bien me enorgullezco de ella, y la divulgo por doquier. Debido a ella me encuentro en un estado de modorra placentera permanente, los efectos me duran las 24 horas del día, y mi organismo parece soportarlos sin presentar merma física o mental alguna, siempre pidiendo más y más. Tiene muchos beneficios esta adicción, me produce cuantiosos placeres, y me permite escapar de la realidad en los momentos de angustia, aburrimiento o en los pequeños ratos libres de mi jornada laboral. Siempre coleccioné cómics desde pequeño, pero ahora mi deseo y pasión por ellos ha aumentado generosamente. No sólo adquiero una cantidad de cómics cada mes, también leo sobre ellos y sobre todo lo relacionado a la industria y a los creadores en internet, en páginas web especializadas donde encuentro cuantiosa información, noticias y entrevistas.

Lo bueno de esta adicción es que no sólo me procura placer mientras leo los cómics, sino en cualquier otro momento del día. El placer es el mismo al recordar, pensar, filosofar sobre cómics. Pienso, analizo qué comprar que se ajuste a mi presupuesto, y es que hay tantas series regulares (ongoing), limited series, bimonthly, softcovers, hardcovers (estos selladitos al vacío son mi perdición), omnibus, essential, absolute, one-shot, one-shot, one-shot in the head. Y yo los tengo todos guardados bien ordenaditos cronológica y numéricamente, todos bien clasificados y en sus respectivas bolsitas de polipropileno, y recubiertos por bolsas adicionales (mismo mini-fardos funerarios), para estar bien protegidos del polvo y de las malditas polillas, gusanos asquerosos que disfruto reventando sin piedad cada vez que los veo merodeando por las inmediaciones de mis estantes o cajones donde reposa mi colección. Mis cómics son, después de mis familiares más cercanos, lo más preciado para mí, mi pertenencia más valiosa, y me entristezco pensando que un incendio o terremoto me los pudiera arrebatar. ¡Dios nos libre de tales desgracias! Pienso también en ellos cuando estoy aburrido o reventando de chamba en mi centro de labores, hacen que la jornada laboral pase más rápido (pues me alegro al recordar que con el dinero ganado compraré abundantes cómics). Los momentos difíciles y las penurias se hacen más llevaderos. Pues sólo pensar en ellos me produce espasmos de placer, sea cual sea la circunstancia en la que me encuentre en ese momento.

Mi interés por las relaciones interpersonales ha disminuído al mínimo, los sentimientos que me unen a otras personas no son tan fuertes como los que me unen a los cómics; por poner un ejemplo, un hardcover edición de lujo bien selladito al vacío produce en mi una excitación y una pasión que no podría procurarme jamás la más exuberante mujer de este planeta. Veamos, si me dan a elegir entre el Absolute Watchmen o pasar una noche de amor y lujuria con Tilsa Lozano, ¿cuál elegiría? No seré tan radical de decir que elegiría sin chistar lo uno o lo otro, pero si diré mis estimados amigos que tendría que pensarlo más de dos veces. Guardo la secreta esperanza de algún día volverme multimillonario y comprarme miles de cómics al mes sin pensar en gastos, y usted amigo ¿qué esperanzas guarda?



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Nota: redacté este artículo a manera de testimonio anónimo en Diciembre del 2006, y salió publicado originalmente en el fanzine Illuminati Cómics #2 ese mismo mes. Este fanzine estaba dedicado principalmente al análisis de la actualidad del cómic mainstream norteamericano, aunque había espacio para todo tipo de artículos, como que el que acabo de transcribir, y se distribuía gratuitamente en algunos locales de venta de cómics o en talleres de historietas. Aquel fue precisamente el último número de Illuminati Cómics (del que antes habían aparecido el #0 y el #1), que ahora que lo pienso fue el antecedente histórico inmediato de este blog: Comic Apocalisis.

Guido Cuadros F.A.

3 comentarios:

  1. Interesante artículo Guido, aunque no creo que seas el único adicto a los cómics. Recuerdo que cuando era pequeño en mi casa era infaltable el popular "Condorito". Cuando crecí estuve juntando por un tiempo los cómics de Looney Tunes, ya sabes, esos de Bugs Bunny, Pato Lucas y compañía pero después de un tiempo no sé porqué deje de comprarlos. Luego comencé a coleccionar los famosos "Pepsi Cards" y de ahi nada hasta que volvieron los cómics con Perú.21, fue ahí que descubrí al adicto (a los cómics) que reposaba en mi interior jeje.

    Creo que las ferias de libros que hubieron este año en nuestro país fueron un punto obligado para conseguir cómics, incluso recuerdo que en la última FIL de mediados de año IBERO Librerías adornó su stand con personajes de cómics, bravazo por cierto. Y ni que decir de la Feria del Libro RICARDO PALMA que incluso conto con un invitado de lujo como Ariel Olivetti.

    Esperemos que esta movida alrededor de los cómics (mainstream y nacionales) se consolide con el paso del tiempo, para que todos los adictos a este "vicio" quedemos satisfechos.

    Saludos Guido, nos vemos!

    P.D.- ya que casi estamos terminando el año, sería bueno un post sobre lo mejor y lo peor en lo que a cómics se refiere: los que han sido publicados por Perú.21 y los que han aparecido como iniciativas locales tipo MED COMICS.

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  2. Hola Guido, en tu artículo solo faltaría agregar que colecciones comics, sueñas comics y hasta haces comics, criticados por cierto, pero ahi está.

    Al respecto recuerdo que Ariel Olivetetti en Perú cuando le preguntaron si el comic moría por el formato cbr. el dijo algo así que si bien no recuerdo era: "Che el fanático del comic en verdad es un fetichista" , creo q eso lo resumiria todo. Te confieso que aunque preferiría a Tilsa solo seria un tipo de placer momentaneo al placer del comic eterno claro si es que se cuidan bien y no se lo comen las polillas.

    Me pareció un articulo bien gracioso pero en algo dice el sentir de nosotros los fanáticos que vemos en el comic el arte puro en cuanto a narrativa y belleza visual.

    Saludos.

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  3. En realidad, yo sí he redactado este artículo pero se supone que quien lo escribe es un ''personaje'' anónimo, quien ha escrito todo en un papel y lo ha botado a un basurero. De ahí el título: ''Adicto a los cómics (transcripción de un documento anónimo encontrado en un basurero)''.

    Definitivamente hay muchas similitudes entre este ''personaje'' y yo, pero creo que yo estaría un poquitín menos obsesionado que él en cuanto al tema de los cómics (al menos en esta etapa de mi vida).

    Es un juego literario, que tiene mucho de verdad, pero también algo de exageración.

    Saludos!!!

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